Etxalar es un pueblo fronterizo con un entorno agradable y tranquilo, junto al río Tximista. Fue premio Nacional de Turismo por embellecimiento y mejora de los pueblos, con viviendas de los siglos XVI-XVII. Las estelas discoideas de la parroquia y la torre medieval de Gaztelu son dos lugares que no debes perder cuando visitas nuestro pueblo. Etxalar es famoso por sus palomeras, situadas en el collado existente entre los montes Larun y Peña Plata. Donde los cazadores esperan el paso de la paloma para desplegar una de las técnicas más antiguas de captura de aves. Es todo un espectáculo.
En el Valle de Bertiz se encuentra el Parque Natural del Señorío de Bértiz con sus hayas y abetos además de disponer de un jardín botánico de 160 especies junto al Centro de Interpretación de la Naturaleza del caserío de Tenientetxea. En Doneztebe/Santesteban se inicia la Vía Verde del Bidasoa en el restaurado tramo de la vía ferroviaria del Tren del Bidaoa o Txikito y que termina en Endarlatsa (27,5 km), permitiendo pequeños recorridos de pueblo a pueblo y contemplar las presas del Bidasoa con las curiosas escalas para salmones. Por otro lado, igualmente hay que destacar el itinerario balizado a San Juan Xar como sendero local de treking que se inicia en Bera/Vera de Bidasoa y pasa por Lesaka, Igantzi y Arantza para culminar en la Reserva Natural que acoge al único bosque natural de carpes de la península y que tiene un ganadero al pie de la gruta del santo que dicen tiene poderes curativos. Asimismo, dada la cercanía de los pueblos costeros franceses de Hendaya y Saint Jean de Luz con sus playas y acantilados, se puede también acercar el viajero a tales municipios. La comarca del Bidasoa nos depara en gastronomía: la paloma torcaz y otros platos de caza destacan dentro de una gastronomía variada que incluye el preciado salmón del Bidasoa, los derivados del pato, los piperropiles o tortas de pimienta. Igualmente hay diversos rituales festivos de gran interés etnológico.